no te salgas de la raya

«No te salgas de la raya», «Sin salirse de la raya»… ¿Cuántas veces hemos escuchado estas frases siendo niños? ¿Y cuántas veces las han escuchado nuestros hijos? Estamos en el contexto del coloreo minucioso, cuya finalidad se supone que es desarrollar la psicomotricidad fina y la pre-escritura, la capacidad de concentración y la paciencia infinita. Bien.

no te salgas de la raya

Y ahora, abstraigámonos de ese contexto. Escuchemos de nuevo esas frases sin pensar en ceras de colores y dibujos de contornos definidos fotocopiados en blanco y negro. «No te salgas de la raya», «Sin salirse de la raya»…

¿De qué raya? ¿De la del papel? ¿O ya puestos, de la de la vida misma? ¿De la de limitarse a instrucciones precisas sin poder aportar nada más? ¿De la de no poder ni explorar ni elegir? ¿De la de pensar que sólo hay unos colores pre-determindados para pintar la realidad? ¿De la de no poder ir más allá de los límites marcados? ¿De la de creer con certeza, después de escucharlo más de cien veces, que efectivamente los límites están marcados?

no te pases de la raya

Una amiga me comentaba el otro día, después de un café y de explicarle «mi visión de la raya», que la disciplina nos educa para no pensar, para automatizar muchas decisiones. Con otra amiga hablaba hace meses, junto a un té y la chimenea, de coles donde tienen la suerte de trabajar mucho la parte artística.

Con esto no quiero criticar ni a maestros (que hacen un gran trabajo) ni a progenitores (que hacemos lo que podemos). Pero sí llamar la atención sobre la importancia del lenguaje y de las cosas que, mil veces repetidas, nos parecen «normales», «que son así», «correctas». Y también reivindicar la importancia de la creatividad en la educación, dentro y fuera del cole.

Porque la mayoría de las veces la solución a nuestros problemas, la felicidad misma, está precisamente ahí, fuera de la raya. Y para traspasarla, nada más necesario que la creatividad para encontrar ese camino diferente. Nacemos con ella. Sólo se trata de enseñar a nuestros hijos a cuidar la suya. Y de aprender de ellos y dejarse llevar para recuperar nuestra creatividad perdida.

no te pases de la raya

 

 

 

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